No quiero que los mil y un personajillos que deambulan por la pequeña pantalla se hagan millonarios a mi costa, vendiendo las vergüenzas ajenas. No me interesa con quién se acuesta o con quién se levantan Pili o Mili, no me interesa quién es el padre de Zutano ni por supuesto con quién está siendo infiel Mengano...no, no me interesa.
Los telespectadores estamos sufriendo un terrible acoso de violencia televisiva, de negación del periodismo, de monopolio del corazón y yo no estoy dispuesto. Tenemos una pequeña arma...una pequeña arma pero muy potente, nuestro mando a distancia. Úsalo.
Cuesta muy poquito apagar la tele y abrir un libro, apagar la tele y mirar a tu pareja a los ojos, apagar la tele y hacer un poco de deporte, apagar la tele y jugar con tu hijo, apagar la tele y hablar con alguien que está lejos, apagar la tele y ayudar a tu madre...y esta lista podría seguir interminablemente.
¿Vas a permitir seguir perdiéndote estas cosas? Yo no...
Cuando la televisión sea una opción real de entretenimiento honesto, educado y pedagógico me volveré a acercar a ella...mientras tanto !Televisión go home!
He dicho.
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