Me gusta emocionarme, escuchar y abrazar la música, andar sin rumbo, hablarle a un amigo, charlar de cosas sin importancia, me encanta estar a tu lado y sentirte cerca, me encanta sentirte cerca aunque no estés a mi lado. Siento mucho y cuando siento lo hago de verdad, siguiendo mi instinto. No se hacer las cosas a medias, o las hago de verdad o no me interesan nada. Quiero vivir cada momento como si en ello me fuese la vida...aunque a veces la fastidie. Porque eso, también sé hacerlo muy bien.
Cada vez me interesan menos las tonterías, las palabras vacías, las miradas sin fuerza, cada vez me aburren más las conversaciones absurdas, la falta de implicación y la dejadez, la falta de ilusión y la ausencia de sonrisas.
Lo reconozco, a veces soy un poco primitivo y esta sociedad de lo superficial, de lo políticamente correcto, del ver sin mirar, del tocar sin acariciar, me cansa, me aburre.
Me gusta pasar por la vida, dejar mi huella. Me gusta pasar por la vida, que en mi dejen huellas...y sentir que estoy vivo.
Lo siento, sí, soy un salvaje.