Asistimos esta semana al estreno de un nuevo programa de televisión llamado Generación NiNi. Entiendo que ese acrónimo alude a la frase "ni estudio ni trabajo" muy de moda hoy en día. Los protagonistas son ocho chicos y chicas de dudoso gusto por el esfuerzo y con currículums repletos de pasajes digamos que controvertidos, expulsiones de colegios, echados de casa, sin estudios primarios...etc.
Sería fácil desenvainar nuestro más profundo rechazo a ese estilo de vida que los jóvenes tienen hoy muy interiorizado, pero voy a romper una lanza por ellos ya que me asalta una duda que a continuación voy a argumentar.
Me viene a la mente la letra de un precioso tango escrito por Enrique Santos Discépolo y prohibido durante la dictadura argentina allá por el año 1943, Cambalache. Entre sus estrofas esconde frases como las que a continuación transcribo:
"Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé. En el quinientos seis y en el dos mil, también... ...Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador. ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran profesor..."
A lo largo del tango hay otras estrofas con significados paralelos lo que me lleva a pensar... ¿La sociedad tiene solución? ¿Hagamos lo que hagamos para las generaciones anteriores vamos a ser unos desvergonzados y vividores? ¿Los logros o forma de vida de las generaciones posteriores los entendemos siempre como una afrenta a la sociedad? Que lío...
Estoy de acuerdo que quizá la Generación NiNi roza lo incalificable e indigna a una gran parte de nuestra sociedad, pero seguro que cuando la madurez les alcance serán lo suficientemente coherentes como para cumplir con sus obligaciones. Confiemos en el ser humano. No obstante estaremos atentos a sus desmanes por que nuestra pensión de jubilación depende de ellos.
Mientras tanto arrojémonos a disfrutar de la vida, ocuparnos de nuestros quehaceres diarios e intentar beber de todo aquello que nos aporte energía. Yo voy a empezar escuchando ese tango...Cambalache.
miércoles, 27 de enero de 2010
jueves, 21 de enero de 2010
Haití, día 1.
Uno, que es de pluma fácil y de verbo fluido, lleva unos días con la muñeca y el pensamiento mas rígido que de costumbre.
Los telediarios, los periódicos o los programas de radio no paran de dar noticias relacionadas con ese infierno en la tierra en el que se ha convertido la raída Haití. Las cifras de muertos y heridos aumentan y aumentan hasta unos números inimaginables. A las consecuencias directas del terremoto se le suman la hambruna, el miedo, las infecciones y seguro un sinfín de maldades que desde aquí, a miles de kilómetros de la catástrofe, no podemos ni imaginar.
Hoy, sin embargo, he sido espectador de una noticia que me ha dejado sobrecogido. Un grupo de bomberos y voluntarios han sacado de los escombros a dos hermanos de corta edad, uno de ellos rondando los 7 años y otro cerca de los 13. Ha sido impresionante el júbilo y la alegría que por unos segundos ha recorrido un lugar devastado y arrasado por la muerte. La imagen helaba el alma, el más pequeño de ellos en brazos de un bombero y elevando sus brazos al cielo, mostraba al mundo una sonrisa de esas inolvidables y que seguro nunca desaparecerá de mi memoria.
Desde aquí, a miles de kilómetros de distancia, he recibido una lección de un niño que tras pasar muchos días enterrado entre escombros, al ser rescatado, dibujaba una inocente y preciosa sonrisa en su cara. No sé como te llamas ni seguramente nunca lo sabré, pero gracias. Esos gestos son los que deben provocar que el llamado primer mundo reflexione y piense sobre si el camino que estamos tomando es el adecuado.
Hoy en Haití es el día 1, el día de la esperanza y a pesar de todo, el día de la alegría. Seguro que ese niño cuando crezca estará orgulloso del primer mundo, aquel que fué capaz de ayudar y rescatar a todo un país del más profundo de los abismos.
Mi pequeño homenaje y recuerdo para Haití.
Los telediarios, los periódicos o los programas de radio no paran de dar noticias relacionadas con ese infierno en la tierra en el que se ha convertido la raída Haití. Las cifras de muertos y heridos aumentan y aumentan hasta unos números inimaginables. A las consecuencias directas del terremoto se le suman la hambruna, el miedo, las infecciones y seguro un sinfín de maldades que desde aquí, a miles de kilómetros de la catástrofe, no podemos ni imaginar.
Hoy, sin embargo, he sido espectador de una noticia que me ha dejado sobrecogido. Un grupo de bomberos y voluntarios han sacado de los escombros a dos hermanos de corta edad, uno de ellos rondando los 7 años y otro cerca de los 13. Ha sido impresionante el júbilo y la alegría que por unos segundos ha recorrido un lugar devastado y arrasado por la muerte. La imagen helaba el alma, el más pequeño de ellos en brazos de un bombero y elevando sus brazos al cielo, mostraba al mundo una sonrisa de esas inolvidables y que seguro nunca desaparecerá de mi memoria.
Desde aquí, a miles de kilómetros de distancia, he recibido una lección de un niño que tras pasar muchos días enterrado entre escombros, al ser rescatado, dibujaba una inocente y preciosa sonrisa en su cara. No sé como te llamas ni seguramente nunca lo sabré, pero gracias. Esos gestos son los que deben provocar que el llamado primer mundo reflexione y piense sobre si el camino que estamos tomando es el adecuado.
Hoy en Haití es el día 1, el día de la esperanza y a pesar de todo, el día de la alegría. Seguro que ese niño cuando crezca estará orgulloso del primer mundo, aquel que fué capaz de ayudar y rescatar a todo un país del más profundo de los abismos.
Mi pequeño homenaje y recuerdo para Haití.
lunes, 4 de enero de 2010
Bienvenido 2010
Ya lo tenemos aquí. Sólo es un bebé, pero seguro que con nuestra ayuda conseguirá crecer y mejorar lo conseguido por su hermano menor.
Cuando un nuevo año llega depositamos muchas esperanzas en él, nuestros sueños, nuestras ilusiones y nuestros deseos más profundos. Con el despertar de un nuevo año los buenos propósitos inundan nuestros pensamientos.
Es verdad, el día 2 de enero con el año aún en pañales, es un buen momento para iniciar la marcha e iniciar la búsqueda de nuestros objetivos.
A todos y todas buen camino de la vida en el año 2010...
Cuando un nuevo año llega depositamos muchas esperanzas en él, nuestros sueños, nuestras ilusiones y nuestros deseos más profundos. Con el despertar de un nuevo año los buenos propósitos inundan nuestros pensamientos.
Es verdad, el día 2 de enero con el año aún en pañales, es un buen momento para iniciar la marcha e iniciar la búsqueda de nuestros objetivos.
A todos y todas buen camino de la vida en el año 2010...
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