viernes, 13 de mayo de 2011

Alba

Se llama Alba, pero bien pudo haberse llamado Esperanza.

La lorquina que entre el polvo, los cascotes, el miedo y la tristeza vino al mundo la tarde más aciaga de la historia de su pueblo. Vino cargada de luz, luz para su familia, luz para un pueblo devastado y engullido por la fuerza de la naturaleza, que esta vez sacó lo peor de ella misma.

Se llama Alba y es la cara dulce de un día amargo, un día marcado por la muerte de nueve de sus vecinos, vecinos con los que nunca se cruzará por la calle, vecinos a los que nunca conocerá pero vecinos que seguro la cuidarán desde el cielo, porque ella fué la luz entre las sombras en una tarde que nuestra memoria nunca borrará.

En estos días en los que Lorca deambula desorientada e intenta recobrar el pulso a su vida, el nacimiento de esta niña debe suponer la esperanza de un futuro brillante. El amanecer de un nuevo día, el alba.

Ánimo Lorca y gracias Alba.

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